Quienes somos

Desde 1964 somos fabricantes de patatas fritas. Comenzamos en una pequeña churrería en el Paseo de Extremadura, en Madrid, España, desde donde Emilia e Iraído cortaban y freían en aceite de oliva las patatas que distribuían ellos mismos canasto en mano, tienda a tienda.

Hoy día, en Patatas Fritas Marisa, desde nuestra fábrica en Villanueva del Pardillo aplicamos nuevas tecnologías y procesos a nuestros productos gastronómicos: las patatas fritas y otros aperitivos, snacks y frutos secos artesanos y creativos, para paladares gourmet.

Pero hay algo que no ha cambiado. Por un lado, los ingredientes sanos, naturales, de primera calidad y de proximidad, españoles, que usamos como materia prima. Y nada más. Y aquí destacan la patatas seleccionadas gallegas y el aceite de oliva andaluz, de Córdoba. Sin conservantes ni colorantes. Por otro, el esmero y dedicación que ponemos en su elaboración. El resultado es una calidad y un sabor a lo nuestro, a lo de siempre que no deja indiferente.

Lo mejor es que lo compruebe Usted mismo. Haga una compra en nuestra tienda online y acostúmbrese a lo mejor. Porque la vida es muy corta como para perder el tiempo con menos que lo mejor, ¿verdad?

Nuestra Historia

Patatas Fritas Marisa, fabricante de patatas fritas y otros aperitivos, snacks y frutos secos artesanos y creativos, para paladares gourmet, es una empresa familiar fundada por Iraído Rodríguez y Emilia Santana en Madrid, España, en el año 1964.

Los comienzos no fueron fáciles… Comenzamos en una pequeña churrería alquilada en el paseo de Extremadura de tan solo 20 metros cuadrados, donde Iraído y Emilia cambiaron los churros por las patatas fritas.

Todo se hacía a mano, de forma artesanal. Iraído cortaba las patatas una a una con ayuda de un cortadora manual. Después las freía en una pequeña freidora, mientras que Emilia llenaba las bolsas a mano, una a una, para luego ir de tienda en tienda vendiéndolas. Trabajaban los 7 días de la semana, no había días de descanso ni vacaciones… Y el lema del trabajo era “lo que no hace el día, lo hace la noche”.

Al esfuerzo y el trabajo bien hecho, se unía la pasión que Iraído y Emilia ponían en la fabricación de sus patatas fritas. Siempre usaban patatas y aceites de primera calidad obteniendo como resultado una extraordinarias y exquisitas patatas fritas artesanales que enseguida comenzaron a obtener un nombre reconocido. Y es que cada vez vendían mas patatas en tiendas y mercados de Madrid.

La empresa comenzó a crecer y a ser un referente de calidad tanto en su sector como en el conjunto de la Comunidad de Madrid. Tanto fue así que tuvimos que ampliar nuestras instalaciones. Así llego la nueva fábrica y oficinas en Villanueva del Pardillo, donde llevamos más de 30 años fabricando patatas fritas, con la ilusión y energía con la que comenzaron Iraído y Emilia. Nos hemos adaptado a los nuevos tiempos, manteniendo la calidad en la buena materia prima, y en los ingredientes, consiguiendo aunar pasado y presente, para seguir ofreciendo una elaboración artesanal de calidad, que hace sea la clave para que Patatas Fritas Marisa, esta empresa familiar siga en el mercado como fabricante líder en su sector, más de 55 años después.

Nunca hemos olvidado nuestros humildes orígenes. De hecho, los hemos sabido integrar para fomentar un espíritu de buena convivencia en el trabajo y unos valores empresariales, todo ello vinculado a una apuesta permanente por las últimas tendencias y productos de Alimentación, cuidando siempre la calidad de nuestras materias primas.

El fruto de la tradición, experiencia y modernidad, con nombre propio: PATATAS FRITAS MARISA.

Hay una pregunta que nos suelen hacer y es: ¿De dónde viene el nombre de MARISA?

La respuesta tiene su historia…..

A los pocos meses de adquirir la pequeña churrería, Iraído y Emilia, trabajaban muy duro, de sol a sol y al fabricarse todo manualmente necesitaban todas las horas del día, e incluso alguna de la noche.

Emilia, una mujer muy trabajadora, siempre al lado de su marido…. se quedó embarazada.

Una tarde, de las pocas que tenían de paseo, en el Retiro de Madrid, se encontraron una esclava de plata, con un nombre, MARISA.

Iraído muy contento le dijo a Emilia:

Ya sé que nombre voy a poner a la churrería… MARISA, y si el bebé que va a nacer es niña, se llamará MARISA.

Y así fue, nació una niña que se llama MARISA, cuyo nombre se ha convertido en la marca de la Empresa Familiar,” MARISA”.

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